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los mordiscos en la primera infancia

Oct 2016 · Visto 17609 veces

LOS MORDISCOS EN LA PRIMERA INFANCIA

los niños que muerden, algo normal en estas edades

LOS MORDISCOS EN LA PRIMERA INFANCIA

 

Uno de los temas que más nos preocupan tanto a padres como educadores de niños y niñas de 0 a 3 años son los mordiscos. Cuando nuestro hijo muerde a los compañeros nos sentimos frustrados y nos enfadamos sin entender el porqué de la situación y sin saber cómo solventarla.

 

Para poder trabajar con nuestros peque de forma coherente y eficaz es importante que primero comprendamos lo que están sintiendo.

 

La boca, fuente de aprendizaje y de expresión:

 

Para los niños de meses hasta los tres años, su boca es una fuente muy importante de conocimiento. Se encuentra en un estadio evolutivo en el que la boca le hace conocer el mundo que le rodea. A través de su boca, además de comer, beber, emitir sonidos y besar; también aprende y expresa las emociones que siente.

 

Como ya sabemos cada niño es un mundo y tiene unas características, y debemos respetar su forma de ser, entenderle y ayudarle en la gestión de conductas conflictivas.

No todos los niños y niñas utilizan la boca para aprender y expresar con la misma intensidad ni durante el mismo tiempo. Un  bebé puede no mostrar mucho interés en llevarse las cosas a la boca y seguir así durante el primer año de edad, y otro bebé, en cambio, puede chupetear todo lo que toca y encuentra a su paso y, a partir del año, hacerlo con mucha menos intensidad. 

Hay niños que son muy orales y, tanto con un año como con dos o tres años, la boca les sigue resultando un medio significativo de conocimiento y de relación con el entorno.

 

Los niños que muerden no lo están haciendo con mala intención, sino que en un primer momento está reaccionando de forma espontánea ante una situación. Del adulto depende que el niño aprenda que esa conducta es apropiada para conseguir aquello que quiere o si, por el contrario, es algo que no le gusta a nadie y que no tiene sentido hacerlo.

 

Debemos tener en cuenta que cuando un niño muerde lo está haciendo para expresar una emoción. Ya sea enfado, celos, frustración miedo o incluso alegría en algunas ocasiones.

 

No obstante, actúa llevado por sus impulsos, produciendo dolor al niño que muerde.

 

Es responsabilidad del adulto guiar al niño para que aprenda a expresar y gestionar sus emociones y su frustración, de manera que no

genere malestar en él y en quienes están con él.

 

También es muy importante guiarle sin dañar su autoestima y sin castigarle o amenazarle.

 

¿Por qué muerden los niños?

 

El hecho de morder es un acto instintivo y muy rápido, el cual muchas veces puede pasar desapercibido en la escuela infantil

Su origen se encuentra en la defensa y supervivencia de la especie. Aplicado a nuestra vida social actual, podemos decir que el niño que muerde se está defendiendo porque se siente agredido, amenazado o violentado por alg, aunque desde fuera no lo veamos así.

 

El niño que llora o grita también lo hace para defenderse, intenta ahuyentar a quien le produce dolor o malestar y, además, reclama al adulto para que le ayude. Sin embargo, en esta estrategia no hay agresión ni daño para el otro, por lo que a los padres y educadores no nos preocupa tanto.

 

Es muy importante tener en cuenta que el niño o niña que muerde a sus compañeros en clase o a sus hermanos en casa NO es malo, conflictivo o agresivo. Es simplemente un niño que se está comunicando, sin utilizar el lenguaje, ya que a estas edades no todos dominan el uso del lenguaje. ,

 

También puede ser debido a la aparición de dientes o muelas que le provocan malestar y rabia. Pensad como adultos lo que duele un dolor de muelas.

 

No tiene por qué haber conflicto anteriormente a que un niño muerda

 

Por ejemplo, se acerca un compañero sin ninguna intención y el niño le muerde para descargar en él su malestar.

 

Otro de los motivos por los que pueden aparecer los mordiscos es por que el niño se sienta inseguro en algún momento y muerda a los demás compañeros. Suele darse mucho en el periodo de adaptación, ya que muchos niños todavía no se han relacionado con otros niños de su edad y usan el mordisco como mecanismo de defensa.

 

Algunas pautas para llevar estas situaciones:

 

No castigarles: El niño está sintiendo una emoción que no sabe canalizar, ayudémosle a ello en lugar de castigarle.  No lo castiguéis por morder, pues aumentará todavía más su malestar interior. El castigo solo le ofrecerá bloqueo y no le mostrará ninguna alternativa sanadora que le sirva de válvula de escape.El hecho de no castigarles no quiere decir que no le digamos que ha hecho algo mal. Debe ver que lo que ha hecho no tiene nuestra aceptación y que no nos gusta, explicándole que de ésta manera hace daño a los demás compañeros y haciendole consciente de que esa conducta es indeacuada. 

Primero atenderemos al niño mordido: Con el ejemplo conseguiremos que el niño mordedor sienta empatía hacia el niño mordido. Es importante atender al niño mordido con caricias, tono suave, besos curativos y centrar la atención en lo positivo, sin hablar mal del niño que ha mordido. De esta manera evitaremos prestar más atención al niño que ha tenido una conducta inadecuada y entenderá que no va a tener atención positiva pero tampoco negativa.

Ofrecer mensajes positivos, nunca negativos: No centrar la atención exclusivamente en lo que se hace mal. Muchas veces los niños tienen conductas negativas porque es la única manera de que les hagan caso. Cuando este tipo de conductas aparezcan deben saber que eso no está bien, pero debemos aprovechar también cuando el niño haga las cosas bien para fortalecer su autoestima y potenciar las conductas positivas. Ofrecerle mensajes como: - A los amigos se les da besos, no se les muerde. Y favorecer las conductas adecuadas premiandole. 

Hay niños muy sensibles y que se pueden sentir muy mal cuando ven que no son aceptados. Por eso, debemos hacerles sentir seguros y queridos, y que vean que lo que no aceptamos es la conducta de morder, pero que a ellos les queremos mucho, aunque a vaces hagan cosas que no están bien. 

Un recurso muy utilizado en educación infantil son los cuentos. Con los cuentos podemos transmitir el mensaje que queramos de manera no directa y sin hacer sentir al niño atacado. En Arqueritos estamos utilizando el cuento del cocodrilo que aprendió a dar besitos. El cocodrilo quiere coger el coche que tiene su amigo Ramón emoción (Ramón emoción es un personaje importante en nuestra clase, ya que a través de él trabajamos las emociones) .

Como Ramón emoción no le deja su coche el cocodrilo le muerde, pero...¿Qué pasa? Que Ramñon se pone muy muy triste y llora porque su amigo le ha hecho daño. 

Entonces llega Lucía alegría y le dice al cocodrilo que a los amigos se les da besos y abrazos. El cocodrilo ve que se ha equivocado y le da un beso a su amigo. Así que Ramón emoción se pone muy contento y el cocodrilo nunca más muerde a los amigos, ya que los besos son mucho mejores que los mordiscos. 

Después de este cuento hacemos el mural de los besos con pintalabios de color rojo. 

La verdad es que el tema de los mordiscos está mejorando mucho. recordad que los cuentos siempre tienen que estar adaptados a su edad. Podéis inventar el que queráis en funci´pn de lo que necesitéis transmitir. Es importante que los cuentos los acompañéis con lenguaje gestual y con imágenes. 

 

 

Como ya sabéis la tarea de educar no es tarea fácil, requiere de mucha constancia y comprensión. Pero como educar es un arte…¡seamos artistas!

 

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"La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo."

              

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